Todos los muertos detrás
y yo corriendo delante.
¿Cómo me paro a mirar,
si no corro lo bastante?
¿Cómo me pongo a pensar,
si no quiero que me alcancen?
Era muy joven, yo me dije, el agua de la fuente de Narciso. Pero cuando llegaron
los poetas le dieron muchas vueltas al espejo. Y él les sigue observando desde el
cristal y el agua. Aunque no hay mucho más, advierte, y la música ha muerto detrás
de los oídos. Con la última nota se emocionó el silencio, llevándoselo todo a la
casa de enfrente. Podéis entrar en mí sin ninguna esperanza, porque voy a romperme
definitivamente entre un mar de figuras ya sin el viejo vicio de la restauración.
*****
Veo, porque la vida se va poniendo blanca y enseña su sonrisa a los otros espejos.
Cuando vivo de noche, cierro los ojos a mi canto. Me dan ganas de amarme, de
hacerme una canción que me haga durar toda la música porque estoy convencido
de que nada es silencio.
*****
Ya no me inclino en mí, fugaz ni primitivo, ni contra lo que pienso en vosotros,
ni a la muerte con alas o a sus brazos ocultos, evitando el abrazo de lo desconocido,
las cosas que me quedan por decir. Os lo repito a todos, que nadie os confunda,
porque nada es silencio. Yo veo, porque la vida se va poniendo blanca, venga la
claridad de donde venga.
*****
Y los afanes. Sólo pido un afán, una parada obligatoria en la vida diaria, y
danzaré, sin más, sin seguir adelante, mirando a todos en ese inevitable accidente mortal.
*****
Y los rostros. Que estoy lleno de rostros, inundado de cuerpos. Jamás he estado solo.
¿Un espejo lo está? Ya os lo he dicho todo y os lo habéis llevado, como la tierra
que se pierde debajo de los pies y de los muertos. Lo confieso en vosotros:
Yo soy una catástrofe que ama, llevo los pies llenos de rostros.
*****
¿Pero qué estoy diciendo, si yo lo que pretendo es no decir las cosas que dicen los poetas?
*****
Cuando vienen y apagan las luces del salón, he oído muchas cosas, pero me quedo a oscuras.
*****
Para mañana espero una palabra nueva que no me ponga la verdad en duda.
*****
¿Moriremos mirándonos?
*****
Dentro son rectos los caminos, porque esa curva indefinida es sólo mi pretexto
para volver con el asombro puesto al día. Y ahora mismo me voy, celebro una asamblea
con todos los espejos, vamos a debatir la configuración del entredicho, descolgados
de todos los salones y los cuartos de baño, andando por el suelo de la pared más simple.