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El consejo ilustrado de Juan Amor de Velasco

EL CONSEJO ILUSTRADO DE JUAN AMOR DE VELASCO

Villacañas, amigo:
Sé que estás de ellos hasta los cojones.
Escúpelos, te digo,
escupe maldiciones
a esos hijos de putas y cabrones.

Tú dame ese capricho.
Si te vas a morir, amigo viejo,
pues que viva lo dicho.
Yo te doy el consejo,
deja su vanidad en el pellejo.

¡Ay, si fuera Quevedo!
Sin que nacieran los habría matado
a todos, con un pedo,
con un ojo cerrado,
cagándose en su polvo enamorado.

Pero tú eres más bueno.
Según las estadísticas, mejor,
más puro y más ameno.
Confío en tu dolor,
cárgatelos a todos con amor.

Aunque parezca cursi.
Yo para cursi tengo ya bastante.
Mi discurso es discursi,
y les hago un desplante.
Tú academízalos más adelante.

Pues también hay poetas
que son tontos de baba sin complejos,
nuevayores paletas,
pueblos rústicos, viejos,
que llegan de ciudades de muy lejos.

Con tanto experimento
ya se muere de risa hasta la Muerte;
¡gracioso el esperpento
que en todo nos convierte!
Pero matar me trae muy mala suerte.

Y tú estás aquí solo,
tocándote los huevos escondido,
la flauta de Bartolo,
la tonta flor de Gnido,
ni odiado por feliz ni perseguido.

¿cabrá más tontería
que arrojarte silencio a manos llenas?
¿Qué hace la Poesía
que corre por tus venas
si no los amordaza con cadenas

perpetuas de una a ciento,
como si fueran mil penas d muerte?
Si llora el pensamiento
por desobedecerte,
¡perdónalos mejor, será más fuerte!

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