AMOR

Allí, donde, profundo, está escondido,
pendiendo de la carne, de la vida,
allí, donde yo sé que está dormido,
lo busco con la miel de la saliva.

Allí me espera el cuerpo reprimido,
con esa gran sustancia primitiva
que dieron al amor recién nacido,
toda su servidumbre reprimida.

Y allí nos encontramos, cara a cara,
cuerpo a cuerpo y sin fin, rabiosamente,
todas las noches con el mismo aroma.

El amor en la carne se dispara,
pero no dormiré tranquilamente
hasta que lo maltrate o me lo coma.


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